HACIA EL 23 DE ABRIL....LEYENDA AFRICANA
Ogum, como personaje histórico,
habría sido el hijo más viejo de Odùduà, el fundador de Ifé.
Era un temible guerrero que
peleaba sin cesar contra los reinos vecinos. De esas expediciones él traía
siempre un rico botín y numerosos esclavos. Guerreó contra la ciudad de Ará y
la destruyó. Saqueó y desvastó muchos otros estados y se apoderó de la ciudad
de Iré, mató al rey, instaló en el trono a su propio hijo y regresó glorioso,
usando él mismo el título de Oníìré, “Rei de Ire”.
Pese a haber sido rey , Ogum nunca tuvo derecho a usar
una corona (adé), hecha con pequeñas cuentas de vidrio y ornamentada por
franjas de misangas disimulando el rostro, emblema de realeza para los yorubas.
Fue autorizado a usar una simple diadema llamada
àkòró, lo cual le valió ser saludado hasta el día de hoy con los nombres de
Ògún Oníìré y Ògún Aláàkòró, inclusive en el Nuevo Mundo, tanto en el Brasil
como en Cuba, por los descendientes de los yorubas traídos para esos lugares.
Ogum habría sido el más enérgico de los hijos de
Odùduà y fue él, el que se tornó regente del reino de Ifé cuando Odùduà quedó
temporariamente ciego.
Ogum lamentó sus actos de violencia, y declaró que ya
había vivido bastante.
Bajó la punta de su sable en
dirección al suelo, y desapareció dentro de la tierra que lanzó un estruendo
estremecedor mientras pronunciaba algunas palabras.
Si estas palabras fueran repetidas durante una
batalla, Ogum aparecerá inmediatamente en socorro de aquel que las invocó, pero
no podrán ser usadas en otras circunstancias, pues si no encuentra enemigos
delante, Ogum se lanzará en contra del imprudente que lo invocó.
Como orixá, Ogum es el dios del hierro, de los
herreros y de todos aquellos que utilizan ese material: agricultores,
cazadores, carniceros, barberos, ebanistas, carpinteros, escultores.
Desde el inicio del siglo pasado
los mecánicos, conductores de automóviles o de trenes, los mecánicos y
reparadores de vehículos de distinto porte -desde las bicicletas a autos-, y de
máquinas de costura, vinieron a juntarse al grupo de los fieles de este Orisa
cuya energía ha tenido tanto que ver con la revolución industrial y los
adelantos tecnológicos.
Ogum es único, más en Iré se dice que él está
compuesto de siete partes.
Ògún méjeje lóòde Ire, es la frase que hace alusión a
las siete aldeas -hoy desaparecidas-, que existían alrededor de Iré.
El número siete es pues, asociado a Ogum, y él es representado
en los lugares que le son consagrados por instrumentos de hierro en número de
siete, catorce o veintiuno, colgados en un asta horizontal, también de hierro:
lanza, espada, puntas de flecha, martillo, machete,
yunque y cuchillo, símbolos de sus actividades…
Ogum también es representado por franjas de holas de
dendezeiros debidamente deshiladas, llamadas màrìwò.
Ellas servían de vestimenta a los Igbá Imolè, los
doscientos dioses de derecha de los cuales habla Epega. Aquellos que habiéndose
conducido mal fueron destruidos por Olodumaré, con exepción de Ogum, que se
convirtió así en guía o conductor de los Irun Imolè, los cuatrocientos dioses
de izquierda, los únicos según Epega, de los que se puede hablar sin peligro…
Ogum es probablemente el dios yoruba más respetado y
temido. Se lo toma como testimonio en el decorrer de una discusión, tocándose
la punta de la lengua con una faca, o un objeto de hierro, en señal de
sinceridad absoluta.
Un juramento invocándo el nombre de Ogum, es lo más
solemne y digno de fe que se pueda imaginar, comparable a aquel que haría un
cristiano sobre la Biblia o un mulsumán sobre el Corán.
La importancia de Ogum viene del hecho de ser él uno
de los más antiguos de los dioses yorubas y también en virtud de su ligazón con
los metales y aquellos que los utilizan. Sin su permiso y su protección,
ninguno de los trabajos y actividades útiles y provechosas sería posible. El es
entonces y siempre, el primero, y abre camino para otros Orixas por mandato de
Oxalá.