FINES DE LA UMBANDA - Primera Parte

Los principales, pero no únicos, fines de nuestra Religión son :

1) Practicar la caridad

2) Demostrar la inmortalidad

3) Probar la reencarnación

4) Propagar la palabra de Jesús (Oxalá), maestro supremo de laUmbanda y los maestros espirituales

5) Promover el respeto y culto a la naturaleza creada por Dios (Zambi)

6) Armonizar al hombre con su Orixá

7) Preparar al hombre para una mejor vida en esta tierra y principalmente en el más allá.

1) PRACTICAR LA CARIDAD

Antes de profundizar en este punto, debemos establecer qué se entiende por “caridad”.

Definición de caridad:

- Virtud que impulsa a auxiliar a los desvalidos.

- Una de las tres virtudes teologales, que consiste en amar a Dios sobre todas las cosas, y al prójimo como a nosotros mismos. (Las tres virtudes son: “la fe”, “la esperanza” y “la caridad”.

- Virtud cristiana opuesta a la envidia y a la animadversión (enemistad)

Obviamente que la caridad es un acto consciente y voluntario, por lo que debemos poner todo de sí para la práctica de la misma.

Al referirse a amar a Dios (Zambi) sobre todas las cosas, nos está resaltando que la caridad es un acto de amor hacia Zambi, por lo queno podríamos concebir nuestra religión (que basa su creencia y su ideología en la búsqueda del camino para llegar a Él) sin la práctica de este principio. Nos indica la igualdad que debemos practicar entre nosotros y nuestros hermanos, entendiendo esto último como toda la humanidad.

Para los umbandistas, la caridad es uno de los fines más importantes y por lo que se resalta incluso más que la fe, porque la caridad está al alcance de todo el mundo, del ignorante y del sabio, del rico y del pobre y es, en muchos casos, independiente de una creencia religiosa en particular. Es más, la verdadera caridad se manifiesta no sólo en la beneficencia, sino en el conjunto de las cualidades del corazón, en la bondad y en la benevolencia con respecto al prójimo.

Más allá del análisis de este fin desde el punto de vista teológico, se aconseja realizar un profundo análisis a nivel grupal e individual, a los efectos de determinar qué se entiende por caridad y la forma de aplicación de la misma en las distintas áreas religiosas y sociales. Al realizar el mismo, debemos recordar -especialmente en las casas religiosas umbandistas- que el brindar asistencia por medio de pases o consultas espirituales, no es la única forma de brindar caridad y que se debe aplicar especialmente con ejemplos y actitudes de vida

2) DEMOSTRAR LA INMORTALIDAD

Si bien este fin tiene relación con el próximo (reencarnación), veremos que no son lo mismo. Por ejemplo, la Iglesia Católica cree en la inmortalidad del alma, pero no cree en la reencarnación, doctrina en que sí creemos los umbandistas.

La existencia de otro mundo y por tanto el traslado hacia él en una vida eterna, está reflejado permanentemente en las palabras de Jesús: “Mi reino no es de este mundo. Si de este mundo fuese mi reino, mis servidores pelearían, para que no fuera yo entregado a los judíos, mas mi reino no es de aquí”.

Para demostrar la inmortalidad, debemos, en primera instancia, demostrar la existencia del espíritu. Si intentamos separar nuestro cuerpo físico por ejemplo de nuestros sentimientos, como pueden ser el amor, el odio, la fe, la confianza, nuestros temores y ambiciones, etc., se nos hace difícil pensar que los mismos están conformados por moléculas o átomos y que frente a la desaparición física, los mismos también desaparezcan.

Para los umbandistas, este conjunto de sentimientos forma parte de nuestro espíritu, los cuales se van asumiendo y superando en el correr de esta vida, pero que no forman parte de nuestro cuerpo material. De la misma manera, la vida no tendría sentido si nuestras actitudes terrenales –propias de nuestro espíritu- no fueran juzgadas en el plano espiritual.

Es así que creemos que el sentido de la vida es la búsqueda de nuestra elevación espiritual la que, al ser imposible lograrla en un ciclo tan corto -como lo es nuestra vida terrenal-, debe ser lograda en diferentes sucesiones, para lo cual se debe pasar por numerosas reencarnaciones; nuestro espíritu jamás muere y su cuerpo material es simplemente una envoltura transitoria de la cual se desprende en varias oportunidades.

Esa elevación espiritual busca llegar a Zambi y darle un real sentido a nuestra vida, la cual será el logro de nuestra propia superación.

Para los umbandistas, la forma más tangible en que se manifiesta este fin, es la presencia de entidades espirituales (espíritus desencarnados) lo que demuestra “in situ“ que el espíritu nunca muere. Obviamente, que para afirmar esto, debemos pasar ineludiblemente por la “fe en las mencionadas entidades” para poder verdaderamente creer en la inmortalidad. La manifestación de las mismas nos demuestra que existen otros mundos ajenos al terrenal, al cual puede llegar nuestro espíritu. Si éste muriera, obviamente este tipo de manifestaciones no podría ser posible.

3) PROBAR LA REENCARNACIÓN

Definición de reencarnación: La reencarnación es la creencia -y en algunos casos, la supuesta evidencia tácita- que una parte del ser humano; el alma para unos, la conciencia para otros y aun, para muchos, el conjunto del complejo inmaterial del individuo -alma, espíritu y cuerpo sutil o doble etéreo- sobrevive a la muerte y se alberga sucesivamente en otros individuos, contribuyendo a la evolución progresiva del ser hacia la trascendencia.

Este tema, por su propia naturaleza, es muy complejo y está reflejado en varias doctrinas, las que están basadas en varias teorías, algunas con bases orientales, otras con creencias trasmitidas por generaciones pasadas (ancestros) y muchas otras con bases científicas, como con la que se ve identificada la Umbanda, que es la doctrina de Allan Kardec.

La reencarnación es la vuelta del Alma o Espíritu a la vida corporal, pero en otro cuerpo nuevamente formado para él y que nada tiene de común con el antiguo.

La reencarnación formaba parte de los dogmas judaicos bajo el nombre de resurrección, sólo los saduceos pensaban que todo concluía con la muerte. Para los cristianos, la resurrección supone la vuelta a la vida al cuerpo que está muerto, lo que la ciencia demuestra ser materialmente imposible, sobre todo cuando los elementos de su cuerpo están dispersos o destruidos después de mucho tiempo.

El propio Evangelio nos habla de la reencarnación cuando nos afirma:

“Había un hombre de los Fariseos que se llamaba Nicodemo, un principal entre los judíos, y que vino a Jesús de noche, y le dijo:

“Maestro, sabemos que has venido de Dios para instruirnos a nosotros como un doctor, porque nadie puede hacer estos milagros que hacéis, si no está Dios con él.

Respondió Jesús: En verdad, en verdad, os digo: Nadie puede ver el reino de Dios si no naciere de nuevo.

Nicodemo le dijo: ¿Cómo puede un hombre nacer siendo viejo? ¿Puede volver al vientre de su madre y nacer por segunda vez?

Jesús le respondió: En verdad, os digo: Si un hombre no renaciere del agua y del espíritu no puede entrar en el reino de Dios. Lo que es nacido de la carne es carne, y lo que es nacido del Espíritu es Espíritu, no os maravilléis de lo que he dicho; os es necesario nacer de nuevo.”

La idea que Juan Bautista era Elías y que los profetas podían volver a vivir en la tierra, se encuentra en muchos pasajes de los Evangelios. Si esa creencia hubiese sido un error, Jesús la hubiera combatido como combatió tantas otras, lejos de esto, la sancionó con toda su autoridad y la pone como principio y condición necesaria.

No sólo en el Evangelio se menciona la reencarnación, si no que existen muchas religiones que afirman lo mismo, principalmente las orientales.Las religiones amerindias y africanas cultuaban a sus antepasados; ejemplo de esto aconteció en tierras americanas, durante los siglos de la esclavitud, en que se dio el fenómeno del suicidio de muchos esclavos negros africanos, no sólo por desesperación sino por convencimiento que sus almas volarían hacia África para recuperar la libertad perdida, dejando en estas tierras unos cuerpos sin vida, que ya no podrían servir para nada a sus captores.

El porqué forma un fin dentro de la Umbanda -más allá de los mencionados anteriormente- obedece a que la reencarnación, en principio, tiene un sentido “evolutivo” y aboga por la idea de que cada existencia supone un progreso sobre la anterior, hasta que el individuo, o en su caso el alma o la conciencia individual, alcanza la perfección ideal que le identifica con lo divino o trascendente.

Desde el punto de vista científico, se ha comprobado que por medio de la hipnosis y bajo determinadas condiciones, se puede llegar a conocer pasajes terrenales anteriores, lo que probaría de alguna manera la existencia de la reencarnación, pero que no es el objetivo de esta página el profundizar en la misma

4) PROPAGAR LA PALABRA DE JESÚS Y LOS MAESTROS ESPIRITUALES

Como se ha mencionado muchas veces, para los umbandistas Jesús representa uno de los médiums de mayor elevación espiritual que se presentó en este mundo terrenal. Entendemos que ninguna religión ni ciencia cuestiona la existencia de Jesús, lo que en la actualidad trae discrepancias, es el sentido que tomaron sus palabras para las diferentes religiones.

No en vano, las palabras y mensajes manifestados por él se mantienen vigentes por más de 2000 años y las diferentes religiones discrepan no en lo que dijo, sino principalmente en el sentido y consecuencias que los mismos encerraron.

La Umbanda no tiene un libro sagrado, por lo tanto tomamos a “La Biblia” como texto de referencia, pero no es determinante de nuestro accionar.

Lo que se toma de ella son los mensajes y principalmente las parábolas que trasmitió Jesús, fundamentalmente por los elementos morales y su permanente referencia a la búsqueda de la superación personal para poder llegar “al reino de los cielos”.

Las palabras de Jesús y la interpretación que más se acerca al pensamiento umbandista, se ven reflejadas en “El evangelio según el Espiritismo”, de Allan Kardec. De ahí se toman como verdaderas todas las palabras de Jesús, con la comprobación que durante todos estos años han hecho las diferentes entidades espirituales que permanentemente nos están dando consejos y orientaciones.

Al afirmar los umbandistas que Jesús fue uno de los médiums más elevados espiritualmente, partimos de la base que fue un mensajero de Zambi, por lo que trasmitió sus principios, y que cada uno de nosotros -como umbandistas- debemos esforzarnos en aplicarlos y, como dice el propio fin, propagarlos.

Pero más allá de las referencias aludidas, la propagación de las palabras de Jesús, están reflejadas -como ya dijimos- en la fijación de los mandamientos y en los propios fines de nuestra religión, cuya intención apunta a que sean los mensajes de Jesús, entre otros, los que nos sirvan, no sólo de ejemplo sino principalmente como inspiración para marcar nuestra conducta y todos los elementos morales por los cuales debe ser regida.

5) PROMOVER EL RESPETO Y CULTO A LA NATURALEZA CREADAPOR ZAMBI

Para poder llegar a entender este fin, debemos de separarlo en dos partes: por un lado, la actitud y valoración que debemos de tener por todos los elementos de la naturaleza y por otro, la composición de “divinidades” que tiene la misma, las cuales surgen únicamente por voluntad de su Creador que es Dios, llamado por los africanos “OLORUM” (Oló - el dueño de; Orum - cielo, firmamento, de origennagó), NZAMBI o ZAMBI, de origen bantú y TUPÁ para las naciones amerindias.

No en vano se dice que la naturaleza es sabia, es el mejor ejemplo de equilibrio, el cual lamentablemente los humanos estamos destruyendo. Este equilibrio únicamente puede haber sido creado por Zambi, ya que no existe capacidad ni sabiduría que se pueda igualar a Él, capaz de crear algo tan perfecto como es la misma.

Es así, que si respetamos y adoramos a un Dios, debemos respetar todo lo que Él ha creado. Por esta razón, debemos bregar por el cuidado de la naturaleza, respetarla y, en este momento que estamos pasando por un proceso de concientización del daño que le estamos causando, los umbandistas deberíamos tomar mayor participación en la defensa de la misma.

Otro aspecto de este fin, es la concepción que tienen principalmente las religiones de origen africano (la cual la Umbanda también comparte) con relación al concepto de “Orixá” (Orishá), considerado como la fuerza que emana de la naturaleza, o las divinidades emanadas de Zambi (Olorum) que se manifiestan en los elementos de la naturaleza.

La Umbanda basa su génesis (conjunto de hechos que dan origen o forma a la creación del universo), en la creencia que el Dios único y supremo (Zambi, Olorum) creador de todo el universo, para la formación de la Tierra, dio origen a lo que nosotros llamamos Orixás que, a efectos de un fácil entendimiento pasan a ser “Divinidades”, los cuales no son Dioses, ni tampoco son hombres ni espíritus. Estos Orixás son -como hemos mencionado anteriormente- “fuerzas que irradian todos los elementos de la naturaleza”.

Esta creencia, que tal vez cueste entender, se basa en la concepción que el poder y energía de Dios, es tan grande y poderoso, que sería incomprensible e inalcanzable para el pensamiento humano, por lo cual la comunicación con el mundo terrenal se da a través de los “Orixás” y sus diferentes manifestaciones.

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