PRINCIPIOS ESENCIALES DE NUESTRA RELIGION

Algunas de las características de la Umbanda, de acuerdo a lineamientos impartidos, desde sus inicios, y su posterior retransmisión a través de religiosos debidamente acreditados, y con muchas experiencia nos enseñan que, los principales principios de nuestra religión son : “ No cobrar, no matar, usar el color blanco, utilizar las fuerzas de la naturaleza”. El agua, las hierbas, las velas, serán elementos rituales usados a través de amacís, baños de descarga y defumaciones. No tener vanidad, mantener elevado el patrón moral, proceder correctamente dentro y fuera del culto, prestar socorro espiritual gratuitamente a todos los que necesitando recurrieren a un médium, no aceptar retribuciones monetarias por los trabajos, la única retribución debe ser la certeza del deber cumplido. Como ya mencionábamos la Umbanda nos inculca a creer en un Dios único y absoluto llamado Zambi; en los Orixás, fuerzas superiores que actúan en varios campos de revelación y llegan hasta nosotros a través de sus mensajeros, o guías trabajadores de los terreros. La Umbanda nos enseña a creer en la reencarnación, la vuelta del espíritu sucesivamente a la matriz, para su mejoramiento; en la ley de causa y efecto (karma), que nos da la cosecha correspondiente a lo que sembramos. Dentro de la ley de Umbanda, encontramos tres formas ordenadas que simbolizan lo siguiente: a) la pureza: que niega el vicio, el egoísmo y la ambición b) la simplicidad: que es lo opuesto de la vanidad, del lujo y de la ostentación c) la humildad: que encierra los principios del amor, del sacrificio y de la paciencia, o sea, la negación del poder temporal. Las tres formas que simbolizan estas virtudes, son las de las crianzas (niños), caboclos (los pueblos indígenas) y pretos velhos (los esclavos africanos), que se traducirían, respectivamente, como el principio o el nacer, el adulto y la plenitud de la fuerza y la vejez o el descanso; esto es la conciencia en calma, el abandono de las atracciones materiales o el esclarecimiento de la ilusión por el comienzo de la realidad. Por lo tanto, afirmamos, que para entrar en contacto con este mundo espiritual, es necesario que el vehículo mediúmnico sea fuerte, por la calidad de este don, alimentado por la vitalidad fluídica de un cuerpo astral sabio que lo clasifica dentro de una ley, para ser mediador de los orixás, guías y protectores que por medio de ellos, lidian diariamente con las variaciones positivas y negativas, siempre para bien de aquellos que procuran con varias finalidades, inclusive con la terapéutica astral, en la cura de molestias consideradas incurables por la medicina común. Algunos quieren hacer creer que Umbanda es una Religión sin principios, sin filosofía propia y sin fondo moral o científico, pero ella es el instrumento de la pobreza y de los menos protegidos por la suerte. Al penetrar en sus terreros, no encontraremos sabios ni eruditos para dirigirnos la palabra, las entidades simplemente darán a comprender su verdadera grandeza. Sin embargo, la Umbanda, como Religión, cuenta con una serie de principios espirituales y materiales que nos indican el camino de la fe religiosa. Ellos son, los Sacramentos, Mandamientos, Fundamentos, Fines, y otros preceptos morales tales como: * EL RESPETO: Hacia cada uno de los integrantes de la comunidad es incentivado por el propio Jefe/a del terrero. Hay que valorar y reconocer la trayectoria de cada uno y la sabiduría y desarrollo de los hermanos mayores en la construcción y mantenimiento de esta comunidad religiosa. La censura y la reubicación de quien se haya extralimitado será firme y concisa y señalada en el momento. * LA SOLIDARIDAD: Hacia la familia religiosa será apreciada y estimulada. Debe ser revalorizada dentro de la reeducación que significa la iniciación en esta religión. Se fomentará el trabajo en común y la ayuda mutua como práctica general, lo cual refuerza los lazos comunitarios dentro de la familia religiosa. * LA TOLERANCIA: Al ir realizando la enseñanza de cada integrante, se toma en cuenta la evolución personal. Esto implica una actitud tolerante, moderada por el estímulo hacia el desarrollo. El conocimiento de un Pae/Mae, hacia sus hijos, le permite exigirles en la medida justa de sus posibilidades. Quien es lento habrá que inducirlo a que sea más rápido, quien es muy fogoso, se lo irá guiando para que actúe con más calma. La modificación del modo de actuar será fomentada, sin dejar de reconocer la Naturaleza de la persona. Las demás cualidades positivas de las personas se deberán revalorizar reafirmando la autoestima necesaria. El Pae/Mae debe redimensionar los problemas internos poniendo por encima de las pasiones personales el valor de la Religión, del terrero y de la evolución personal, quitándole fuerza de decisión a una discusión más o menos importante y momentánea. * EL TRABAJO Y LA LUCHA POR LA VIDA: Todos deben aportarlo en la medida de sus posibilidades, conocimientos y oficios y lo que no sepa hacer se puede aprender. Se valora el trabajo y también el resultado de dicho trabajo, ya sea limpiar un piso como adornar un altar. Toda tarea tiene un valor individual y general a la vez. No son valores positivos ni el dolor, ni el sacrificio, ni la resignación paralizante, sino que se impulsa a la gente a superar los problemas, dificultades, enfermedades, etc. No se cultiva el pesimismo, sino que se reafirma la lucha por la vida. No se niegan los problemas que tiene cada ser a lo largo de su vida, sino que se busca enfrentar las dificultades y superarlas. La reciprocidad se manifiesta entonces en su mayor extensión y a todo nivel. Los lazos de compromiso afectivo que se crean hacia la comunidad son muy fuertes porque todas las vivencias religiosas, emocionales y físicas son muy intensas.-

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