Nuestra Mae Iemanja...

El día 2 de febrero se festeja en todos los países americanos del Atlántico Sur el día de Iemanjá (o Jemanjá, o Yemanyá), orixá femenino del panteón yoruba originario de Nigeria y trasladado al continente americano en el período del tráfico de esclavos junto con el resto de sus religiones y costumbres. Siguiendo las prácticas del sincretismo, se identificó con ella, a la Virgen María, bajo su advocación de Stella Maris, patrona de los navegantes, marineros y pescadores, que quedó así trasformada para los afroamericanos , en Iemanjá, diosa que reina en el mar, madre generosa que representa también la fertilidad, con muchísimos hijos propios y adoptados, protectora de los barcos y de los pescadores y dueña de los frutos del mar. En su forma original esta deidad es venerada desde remotos tiempos por millones de africanos. Posteriormente, en América, personas de todas las razas, negros, mulatos y blancos, se han adherido a su culto, movidos muchos por la fe, otros por superstición o curiosidad, y también un gran número en las últimas décadas por razones comerciales. Esta fiesta es de tal magnitud que esa noche, visto desde el aire, aparecería iluminada como una sola guirnalda de luces intermitentes , en el contorno atlántico de nuestro continente. Desde la madrugada del día de la Mae, largas procesiones de creyentes y no creyentes, con sus carpas, grandes trajes, cintas blancas y celestes, gigantescas fuentes de ofrendas y barcas se trasladan a las arenas de las playas, donde se cavan grandes hoyos en la arena para proteger las llamas del viento y se prenden cientos de velas celestes y blancas. Durante el día y la noche siguiente se realizan rituales religiosos, al sonido de los atabaques o tambores, y los cánticos, o puntos, mientras se hacen las ofrendas y se brinda caridad a todo aquel que con respeto se acerque a los diferentes templos que están trabajando. En nuestro caso en particular, nuestro Centro realiza en horas de la noche del 2 de febrero, y luego de haber llevado a cabo un ritual en el templo, la entrega en su comando, en la playa, agua salada, flores blancas de todo tipo y especie, protegiendo y conservando también, de ésta forma , nuestro medio ambiente del que mucho se habla y poco se hace. También se suelen ofrendar elementos de plata o similares como igualmente espejos , rosas y claveles.-
Pidámosle a ésta gran Entidad, nos permita ser merecedores de su axe, energía, fuerza, tranquilidad y seguridad, cuando cada una de éstos elementos sea necesario.-
¡¡¡ SALVE MAE IEMANJA ¡!!!

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