LA IRA :
Todos la hemos experimentado, si, ya sea que le llames ira, enojo, coraje, furia, cabreo y demás sinónimos de acuerdo al lugar/país donde vivas.
La ira es pues algo connatural del ser humano, al igual que la risa o el llanto, pero no hay que ser un psicólogo para señalar que demasiada ira puede perjudicar nuestra salud, sin mencionar, los típicos problemas (en ocasiones irreparables) que nos hace ocasionar (a nosotros mismos o a quienes nos rodean), cuando no podemos controlarla y dejamos que se apodere por unos segundos de nuestra mente.
La ira se define como:
La pasión del alma que causa indignación y enfado, o bien, apetito o deseo de venganza, o como causa de violencia contra los demás o contra uno mismo.
En algunas religiones también se hace referencia a la ira, en el catolicismo es considerada uno de los siete pecados capitales del ser humano, en el islam se considera una debilidad, en el hinduismo se considera un obstáculo para la satisfacción de los deseos de la persona enojada y en el Budismo se define como “ser incapaz de soportar el objeto o la intención de causar daño al objeto.-
¿Es la ira aceptable en el budismo y en otras religiones ?
En general enseña que la ira es una emoción destructiva, y aunque la ira pudo tener algunos efectos positivos en términos de supervivencia o ultraje moral, no se acepta la ira ni la agresión como una emoción virtuosa ni como comportamiento constructivo…
Por la anterior, podemos deducir, que desde una perspectiva religiosa o no religiosa, la ira es un comportamiento, reacción, etc. que debemos controlar lo mas que podamos, de lo contrario corremos el riesgo de dañar tanto a nuestra persona como a quienes nos rodean.
Aquí pues, algunas recomendaciones para aprender a controlar la ira :
1. Impida que su ira o la ira de otra persona lo controle.
2. Acuérdese que el que se enoja pierde.
3. Nunca use su cuerpo o su voz para lastimar a otros.
4. Salga de la situación que lo enoja, para evitar que sus sentimientos lo rebasen.
5. Evalúe sus opciones y piense antes de actuar.
6. Recuerde que es su responsabilidad decidir enojarse o no. Uno es el que permite que las cosas lo enojen y no son los demás los que lo “obligan” a enojarse.
7. Respire con calma y piense en otra cosa.
8. Póngase en el lugar de la persona que aparentemente lo está agrediendo y trate de ver el problema desde su punto de vista.
9. Evite contra atacar en un pleito, aunque éste sea verbal, la agresividad fomenta más agresividad y ésta irá en aumento hasta estallar o hasta que alguien se retire.
10. Evite usar un tono acusativo y recriminatorio: diciendo: “Tu” hiciste esto, “Tu” hiciste aquello, etc.
11. No se deje provocar. Siempre conviene más evitar enojarse a dejarse llevar por los busca pleitos.
Sin duda, unas excelentes recomendaciones, sería mejor comprenderlas y sumarlas a nuestra propia filosofía de la vida (cualquiera que sea).